Saludo de Cuaresma 2019

Author: Padre Philip Bochanski

Saludo de Cuaresma

 

Querida familia de Courage y EnCourage:

Es un don especial de la Providencia Divina que el sexto mandamiento y la sexta bienaventuranza estén conectadas. En la ley Mosaica, Dios le ordena a su pueblo a respetar la alianza matrimonial y a evitar la inmoralidad sexual –«No cometerás adulterio» (Ex 20, 14). La virtud de la continencia permite que uno pueda practicar el control personal y abstenerse de deseos y acciones pecaminosas. En el Sermón de la Montaña, Jesús nos invita a profundizar, a pasar de la continencia a la castidad, que es «la integración lograda de la sexualidad en la persona, y por ello en la unidad interior del hombre en su ser corporal y espiritual» (Catecismo, 2337). Y nos promete que nuestros esfuerzos por ser íntegros, auténticos y castos serán recompensados con la posibilidad de «ver a Dios» — comprendiéndonos a nosotros mismos, comprendiendo nuestra relación con Dios y los demás, así como el plan de Dios para nuestras vidas, desde Su perspectiva. Los pensamientos y los deseos impuros nublan nuestra visión y se convierten en obstáculos. Cuando somos capaces de ponerlos de lado, podremos ver más claramente lo que Dios ve. Podremos «ver a Dios».

Aquí está el secreto para todas nuestras prácticas cuaresmales. En las próximas seis semanas haremos muchos sacrificios: dedicando más tiempo a la oración; ayunando y dejando nuestras cosas favoritas; donando tiempo y recursos a los más necesitados. Todas estas tradiciones cuaresmales son provechosas, pero solo si reconocemos que ellas no son el fin en sí mismas, sino que son dadas para conducirnos a una relación más profunda con Dios.

La Iglesia nos recuerda que estamos llamados a «realizar la voluntad de Dios» en nuestras vidas, «uniendo al sacrificio de la cruz del Señor todo sufrimiento y dificultad» que experimentemos «a causa de su condición» (CDF, Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la Atención Pastoral a las Personas Homosexuales, 1986, no. 12). Estamos familiarizados con la idea de «ofrecer» nuestros dolores y dificultades diarios como un sacrificio, y la Cuaresma es un tiempo para hacer esto de forma más intencional. Este sacrificio «se interpreta mal cuando se le considera solamente como un esfuerzo inútil de autorenuncia. La cruz constituye ciertamente una renuncia de sí, pero en el abandono en la voluntad de aquel Dios que de la muerte hace brotar la vida y capacita a aquellos que ponen su confianza en Él para que puedan practicar la virtud en vez del vicio» (ibid). En otras palabras, no hacemos sacrificios cuaresmales porque sí, sino porque haciendo esos sacrificios abre el camino para que emerja un nuevo tipo de vida. En la medida que damos la espalda al mundo y nos dirigimos hacia la Cruz, dependemos menos de placeres terrenales que nos dan comodidad y seguridad, y encontramos nuestro consuelo y paz de forma más plena solo en Dios. En la medida que quitemos nuestra mirada de las cosas terrenales, podremos ver más claramente a Dios y su plan para nosotros. Rezo para que este tiempo de Cuaresma esté colmado de paz y dé muchos frutos, que sea un tiempo de conversión, sanación e iluminación, y que nuestros sacrificios de oración, ayuno y limosna fortalezcan y purifiquen a la familia de Courage y EnCourage, a la que estamos unidos por el amor que nos unifica en Cristo.

Cuenten con mis oraciones por ustedes y sus seres queridos, especialmente cada vez que el equipo de Courage se reúna en nuestra capilla para celebrar la Misa. Que este tiempo sagrado purifique sus corazones, para que con una mirada renovada, puedan ver como nunca antes la Gloria del Señor Resucitado en Pascua.

Sinceramente,

Padre Philip Bochanski
Director Ejecutivo