«EnCourage es un apostolado que se necesita en la Iglesia» Testimonio de una madre del capítulo de EnCourage online en español

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«EnCourage es un apostolado que se necesita en la Iglesia»

Testimonio de una madre del capítulo de EnCourage online en español

 

Mi nombre es Angie, soy originaria de El Salvador y huyendo de la guerra civil que vivía mi país en los 80’s, mi esposo y yo con apenas 24 y 26 años migramos para los Estados Unidos.

Después de perder 4 bebés a los 2 meses de embarazo y visitar varios médicos, los médicos llegaron a la conclusión que yo nunca podría tener hijos, fueron momentos muy duros porque yo al igual que muchas mujeres, quería ser madre. Mi esposo estaba a mi lado 100%, aunque fueron numerosas las ocasiones en las que en mi dolor y desesperación le decía que se fuera y buscara una mujer que le pudiera dar hijos.

Para la gloria de Dios no me escuchó y se quedó conmigo hasta que llegó el maravilloso día cuando llegó a nuestra vida una preciosa niña, con un embarazo y un parto completamente sano, sin complicaciones. Cabe aclarar que en todo este proceso nosotros teníamos una imagen de Dios un poco lejana, aunque los dos hemos sido católicos desde la cuna, no éramos practicantes. Pero cuando los médicos me dieron la noticia de que no podría tener hijos, algo se movió en mí y comencé a visitar el Santísimo de la Iglesia que quedaba cerca de mi trabajo, estoy segura de que fue allí donde mi Dios escuchó el llanto y vio el dolor que llevaba en mi corazón.

Tres años después nos regaló otra bella niña llenando nuestra vida y aunque nuestro plan era tener solo dos hijos … en el fondo él deseaba un varón y yo lo sabía. Así fue como casi tres años más tarde llegó el tan esperado hombrecito a nuestro hogar. ¡Ya estábamos completos!

Mi esposo ha sido un excelente padre, durante todos los años de la niñez de nuestros hijos, él fue un padre muy involucrado con ellos. Tristemente nuestro hijo no tiene los mismos gustos que su padre y eso los fue distanciando, por esa razón, cuando mi hijo comenzó a crecer, anduvo mucho tiempo conmigo y fue así que a los 10 años se involucró conmigo en las actividades de la Iglesia. A los 18 años ya era líder de jóvenes en un ministerio de familia de la arquidiócesis.

Cuando parecía que él ya estaba bien encaminado en el camino de Dios, llegó el día que ninguna madre quisiera que suceda. Llegó precisamente de servir en el último retiro de jóvenes en el que participó. Tan pronto llegó a casa nos pidió hablar, y nos dijo que en ese retiro se había dado cuenta que él les enseñaba a los muchachos que tenían que ser honestos con sus padres y él no lo era con nosotros. Nos dijo que él era gay, y que estaba convencido que Dios lo creó así…ver más.

Mi esposo y yo reaccionamos completamente diferente, mi esposo se quedó callado y no dijo nada. En cambio, yo recuerdo que todo mi mundo se desmoronó, recuerdo que lo primero que dije fue “lo sabía”; me salió de lo hondo del corazón, porque desde que mi hijo estaba en quinto grado, sufrió bulling de sus compañeros porque a él no le gustaban los juegos rudos y los deportes. En aquél entonces, su profesora me dijo que solo jugaba con las niñas, pero nunca le quiso decir quiénes eran los que lo molestaban.

Toda su vida corrió por mi mente como una flecha, tratando de identificar en qué momento nos equivocamos, tristemente mi hijo y yo tenemos el mismo carácter y los meses siguientes fueron de lucha continua. Yo tratando de convencerlo que no había nacido así y él tratando de convencerme que sí. Fueron dos años de mucho dolor, desesperación, confusión, buscando al culpable, primero era mi esposo el culpable, por lo que hizo y dejó de hacer. Luego me comencé a culpar a mí misma por haber tratado de sustituir al padre emocionalmente ausente. Mi esposo seguía en su propio encierro de dolor, pero sin decir una palabra.

Para la gloria de Dios, después de mucho llanto, noches sin dormir y una interminable búsqueda por encontrar la razón y motivo por lo que estaba pasando. Llegamos a un acuerdo con mi hijo y decidimos que cuando habláramos del tema, cada uno respetaría el modo de pensar del otro. Mi hijo ofreció ayudarme y contestar todas las preguntas que yo tuviera.

En mi búsqueda por encontrar la verdad, me encontré con consejos variados dentro del clero, algunos me dijeron, que obligara a mi hijo a ir a un psicólogo y si no aceptaba que lo sacara de la casa. Otros me decían que no me preocupara porque posiblemente era temporal y se le pasaría. Hasta que un sacerdote me habló de Courage y EnCourage, entré a la página de internet y para mi sorpresa y desaliento, el grupo de EnCourage más cercano a la ciudad de Miami (Florida) donde vivo, estaba en Georgia.

En esa búsqueda también me encontré con un grupo de padres que estaban sufriendo lo mismo que nosotros, algunos conocidos y otros desconocidos. Pero Dios en su infinita misericordia nos unió en medio del dolor, por muchos meses nos reunimos solo para poder desahogarnos y apoyarnos mutuamente, todos perdidos buscando respuestas.

Pude contactar al capellán de Courage Miami en ese momento, mi esposo y yo nos reunimos con él y aceptó reunirse con el grupo de padres que ya nos veníamos reuniendo. Fue una luz en medio de la tormenta. El capellán de Courage nos acompañó en dos sesiones, pero muchos del grupo no entendían bien el inglés y el padre hablaba muy poco español, creo que eso lo desanimó y desanimó al grupo también.

Hasta que un día un hermano escuchó a un consejero cristiano hablando del tema en la radio católica y lo contactamos, nos reunimos con él varias veces y nos ayudó mucho. Nos ayudó a entender que todos nuestros hijos no nacieron con la atracción al mismo sexo, sino que hay heridas emocionales que los han llevado a tener esta atracción. Pero también un día desapareció y volvimos a quedarnos solos, pero con un poco más de conocimiento sobre el tema de la homosexualidad.

Pero Dios escuchó nuestra súplica y en su infinita misericordia llamó al padre Richard Samour al apostolado de Courage, yo conocía al padre desde antes de su ordenación sacerdotal, pues también es de El Salvador. Fue por medio de él que volví a conectarme con EnCourage. Aunque no todo el grupo siguió en la búsqueda, los que perseveramos hemos logrado encontrar el apoyo que tanto buscamos. Gracias al padre Richard y a Rossana Goñi -de la oficina de Courage Internacional-, hemos encontrado el apoyo que rogamos tanto a nuestro Padre Dios a través de las reuniones de EnCourage online con otras personas de diferentes países de habla hispana.

EnCourage es un apostolado que se necesita grandemente en la Iglesia. La Palabra de Dios dice “Mi pueblo perecerá por falta de conocimiento”. Si yo tuviera la oportunidad de regresar la película de mi vida, lo único que cambiaría es mi falta de conocimiento, tanto de la Palabra como el conocimiento de nuestra fe católica. En el grupo de EnCourage, no solo tenemos un espacio donde poder abrirnos y expresar nuestros miedos, dudas, etc. También tenemos el apoyo del padre Richard, quien nos enseña, escucha y guía en este tema tan controversial, desconocido y doloroso para muchos de nosotros.

Gloria a Dios nuestro hijo todavía vive con nosotros a sus 26 años, continúa con la atracción al mismo sexo y tiene un amigo al que conocemos. Pero gracias a Dios nuestro hijo es un muchacho muy trabajador, no nos da ningún tipo de problema y nos ha tocado en diferentes ocasiones hablar con su amigo, quien también es un buen muchacho. Dios nos ha dado la gracia de tratarlo como quisiera que sus padres trataran a nuestro hijo, con amor y respeto. No es fácil, pero gracias a todo lo que he aprendido en los últimos ocho años, ahora trato de verlos con los ojos que Dios los ve, como sus hijos, equivocados y heridos, siguen siendo sus hijos y los nuestros. Mi enfoque principal ahora es orar por su conversión a Dios, la de mi hijo, su amigo y todos los que están heridos y confundidos. Que mi Dios les dé la gracia de practicar la castidad como una ofrenda de amor hacia Él.

En mi caso, el Señor, por medio de esta experiencia, me ha enseñado a soltar el timón del barco, a confiar más en Él y ha dejarme llevar por su infinita misericordia. Sé que tengo mucho camino que recorrer todavía, pero gracias a Dios y al grupo EnCourage, estoy segura de que saldremos adelante tomados de la mano de Dios.

Dios bendiga a todos los religiosos y laicos que forman parte de Courage y EnCourage, por decir sí a un apostolado tan necesario para los momentos de confusión que estamos viviendo.

Dios te bendiga hermano(a) que estás leyendo este mensaje, por favor no camines solo, busca ayuda adecuada bajo la luz del Espíritu Santo y la guía de nuestra Santa Madre Iglesia. Termino diciéndote, que el Señor no dijo que vamos a tener una vida sin cruz, sino que Él nos ayudará a cargar la cruz que nos toque vivir. Con amor en Cristo.