El gozo pascual

 


El gozo pascual

Lícia Pereira de Oliveira, f.m.r.*

«Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuántos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo»[1]. 

Quizás estas primeras palabras del texto conciliar nunca fueron tan apremiantes para nosotros como lo son hoy: hace poco más de dos años la humanidad se encontró perpleja delante de una pandemia, una situación inaudita, anormal y para muchos apocalíptica; hace poco más de un mes, los seres humanos volvimos a tener una sensación de inseguridad con una nueva guerra que amenaza tener proporciones más amplias de las que hemos visto desde la 2ª guerra mundial. Ciertamente existen muchas otras situaciones dolorosas y preocupantes en el mundo además de las que citamos, pero si las citamos es porque nadie las ignora y pueden ser una alerta para nosotros.

Los discípulos de Cristo, viviendo en la carne o solidarizándonos con los que sufren, somos llamados no solo a empatizar con sus dolores, sino que estamos llamados a algo más: ¡estamos llamados a anunciarles la Alegría! ¿Es eso, una actitud evasiva? Ciertamente no, la fe en Cristo no oculta o minimiza los dolores, sino que busca darle su verdadero sentido.

San Pablo VI, en el trascurso del año 1975, proclamó el «Año Santo de Renovación y Reconciliación» y en este contexto regaló a la Iglesia una de las más bellas exhortaciones apostólicas escritas por un Papa: la Gaudete in Domino, sobre la alegría cristiana; en este texto, el Santo Padre nos ofrece muchas luces sobre la importancia de vivir la auténtica alegría en medio de las vicisitudes de la vida:

El cristiano, sometido a las dificultades de la existencia común, no queda sin embargo reducido a buscar su camino a tientas, ni a ver la muerte el fin de sus esperanzas. En efecto, como lo anunciaba el profeta: «El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo» (Is 9,1-2). El Exsultet del pregón pascual canta un misterio realizado por encima de las esperanzas proféticas: en el anuncio gozoso de la resurrección, la pena misma del hombre se halla transfigurada, mientras que la plenitud de la alegría surge de la victoria del Crucificado, de su Corazón traspasado, de su Cuerpo glorificado, y esclarece las tinieblas de las almas [2].

Jesús, cuando estaba entre los discípulos, les prometió que no les dejaría en la tristeza después de su partida: «vuestra tristeza se convertirá en gozo» (Jn 16, 20); «Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado» (Jn 16, 24); confiemos en Jesús, su Amor ya fue derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu que nos ha sido dado (cf. Rm 5, 5) y una de las dimensiones del fruto del Espíritu es la alegría: «…el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz…» (Gal 5, 22a).

El gozo de Cristo Resucitado, gozo de la Pascua es una gracia que el Señor nos ofrece: si la acogemos, ella nos transfigura y se hace estilo de vida. No importa la situación que vivamos, el Don de Dios es mayor que cualquier limitación, problemas u obstáculos. Si nos sentimos inseguros a causa del tiempo que vivimos, recordemos las palabras de Jesús: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí» (Jn 14,1). Si nuestras situaciones personales nos desaniman, angustian, preocupan o entristecen, repitamos estas mismas palabras de Jesús: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí», Él nos las dijo «para que nuestro gozo sea completo» (1Jn 1,4).

 



Referencias:

1. CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 1, en https://bit.ly/3rG34oQ
acceso: 01/04/2022.
2. PABLO VI, Exortación Apostólica Gaudete in Domino, sobre la alegría cristiana, 28, en https://bit.ly/3rEKzRB acceso: 01/04/2022. El negrito del texto es mío. 

* Lícia Pereira es laica consagrada de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación y en este momento reside con su comunidad en Brasil.