«24 horas para el Señor»: Un regalo espiritual en el Tiempo de Cuaresma
«24 horas para el Señor»:
Un regalo espiritual en el tiempo de Cuaresma
Por Yara Fonseca*
Cada año, durante la Cuaresma, las diócesis organizan un espacio de oración y reconciliación titulado «24 horas para el Señor». En este espacio, algunas iglesias abren sus puertas durante todo un día para ofrecer a los fieles la oportunidad de adorar al Santísimo Sacramento y recibir el sacramento de la reconciliación. Esta iniciativa, promovida por el Papa Francisco, busca revitalizar la práctica de la confesión y fomentar una relación más cercana con Jesús Eucarístico.
Este año es especial, ya que la jornada de oración se dará en el contexto del Año Jubilar y se celebrará en las diócesis de todo el mundo la 12ª edición de «24 horas para el Señor». Como en ediciones anteriores, el evento tendrá lugar en vísperas del cuarto domingo de Cuaresma, del viernes 28 al sábado 29 de marzo. Para esta edición, dentro del Jubileo de 2025, dedicado particularmente a la esperanza, el lema elegido por el Santo Padre está tomado de las palabras del salmista: «Tú eres mi esperanza» (Sal 71,5). Este año, la Iglesia nos invita a vivir intensamente este tiempo de gracia y a acoger con mayor fervor el llamado a la conversión y la reconciliación.
El bullicio de la vida cotidiana a menudo nos impide encontrar tiempo para la reflexión y la oración. «24 horas para el Señor» nos ofrece un espacio sagrado para detenernos, hacer una pausa y centrarnos en nuestra relación con Dios. Este tiempo dedicado a la oración y la reconciliación es un verdadero regalo espiritual que nos ayuda a prepararnos para la celebración de la Pascua.
El lema de este evento, centrado en la esperanza y el amor de Dios que nos reconcilia, es un recordatorio poderoso de la misericordia divina. Durante las «24 horas para el Señor», se nos invita a experimentar el amor incondicional de Dios y su deseo de reconciliarnos con Él. Como dijo el Papa Francisco: “Dios nunca se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón” (Angelus, 17 de marzo de 2013). Este tiempo de gracia cuaresmal nos anima a reexaminar nuestras vidas, a pedir perdón por nuestras faltas y a aceptar el perdón y la renovación espiritual que solo Dios puede ofrecernos.
San Juan Pablo II nos recordaba: “No tengáis miedo de acercaros al Sacramento de la Confesión, donde encontraréis a Jesús que os espera con el amor infinito de su Corazón” (Mensaje a los jóvenes, 22 de febrero de 2004). Este llamado a la reconciliación nos invita a no temer el encuentro con la misericordia de Dios y a aprovechar este tiempo de Cuaresma para buscar su amor y perdón.
Además, San Agustín de Hipona nos dice: “Dios ha prometido el perdón a quien se arrepiente, pero no ha prometido el mañana a quien dilata la penitencia”. Este recordatorio nos invita a no posponer nuestra reconciliación con Dios y a aprovechar el tiempo de Cuaresma para buscar su misericordia y amor.
En este año jubilar, la Iglesia nos ofrece el don precioso de «24 horas para el Señor». Aprovechemos esta oportunidad para renovar nuestra fe y nuestra relación con Dios. Al participar en esta iniciativa, estamos respondiendo al llamado de Dios a vivir en esperanza y reconciliación. En este sentido, el Papa Francisco nos dice: “La misericordia de Dios es un anuncio al mundo: el amor de Dios que nos envuelve, nos da paz y alegría, y nos llena de esperanza” (Homilía, 13 de marzo de 2015).
El Santo Padre también nos invita a reflexionar sobre la importancia de la misericordia en nuestra vida diaria, afirmando que «la misericordia de Dios es una fuerza que todo lo vence, que llena el corazón de amor y que consuela con el perdón». Esta reflexión nos recuerda que la misericordia no es solo un acto de perdón, sino una actitud constante de apertura y amor hacia los demás.
Que las «24 horas para el Señor» sea una para vivir en Cuaresma la segunda meta de Courage y primera meta de EnCourage: dedicarse a la oración y al enriquecimiento espiritual a través de una vida sacramental activa. Que este tiempo de oración, reflexión y reconciliación sea un momento de gracia en el que podamos fortalecer nuestros compromisos y profundizar en nuestra relación con Dios que nos acoge con su amor misericordioso y siempre está dispuesto a recibirnos con los brazos abiertos.
* Yara Fonseca es asistente para los idiomas español y portugués de Courage Internacional y reside en Brasil.