En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres,
y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina
a todo hombre que viene a este mundo.
Pero a todos los que la recibieron les dio el poder
de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre;
Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros,
y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe
del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia.
(Juan 1, 4-5. 9. 12.14.16)

En Navidad, rogamos al Señor que la Palabra hecha carne les conceda a ustedes y a sus seres queridos, abundantes bendiciones y dones:
La luz generosa que revela su plan y camino en nuestras vidas
(Éxodo, 13, 11)
El espíritu filial por el que llamamos a Dios, «Abba, Padre»
(Romanos 13, 11)
Y la pureza de corazón por la que seremos capaces de ver a Dios
(Mateo 5, 8).

Que Emmanuel, el «Dios con nosotros», ilumine su hogar con su luz, llene sus corazones con su gracia y fortalezca su esperanza con su presencia. Que la Sagrada Familia guíe, proteja e interceda por ustedes y sus familias durante la temporada navideña y el Año nuevo.

Padre Philip G. Bochanski,
mesas directivas y equipo de Courage Internacional